Prólogo.
“Entre cadáveres de
recuerdos.
Se
escuchaba la suave llovizna pegar en los cristales, Janeth miraba de un lado a
otro, quería saber la hora pero recordó que no traía reloj ni teléfono.
—
¿Quiere más café? — Preguntó una mesera
—Sí,
por favor… ¿Disculpe me pueda dar la hora? — Aprovecho
—Claro,
son las seis con cuarenta y cinco — Dijo y se retiro
—Gracias—
calló —Ya es muy tarde— susurró, pensó en irse y justo cuando estaba
levantándose de la silla, escucho la campana de la puerta, alzó la vista y lo vio.
—James—
Dijo con alegría, el se acercó y se sentó—Me tenías preocupada, pensé que no
vendrías
—Si
tuve un retraso… discutí con mi madre— Dijo él con extrema seriedad
—Ah,
lo siento. Te notabas alterado cuando me llamaste, supongo que era por eso,
¿cierto?
—Janeth,
tengo algo que decirte pero no sé cómo empezar
—Es
fácil, por el principio—bromeó un poco, noto la mueca que hizo su acompañante,
sorbió un poco de café— ¿No vas a pedir uno?—señaló su taza—Debes estar helado
—No,
me están esperando mis padres— Dijo con la mirada ausente y su tono de voz era
tan frío como la tarde.
—Quiero
ir a saludarlos, — Se levantó de golpe—hace mucho que no los veo.
—No
Janeth, no tienes porque hacerlo. Mira esto es difícil para mí, será difícil
para ti pero es necesario. Esto no nos está llevando a nada, las cosas
cambiaron ya no es igual, nada es igual. Estamos mal
—Explícate
porque no entiendo de lo que hablas—se sentó, estaba desconcertada.
—Eres
una inmadura—Dijo cortantemente, Janeth se quedó boquiabierta, aquel chico que
había conocido hace años parecía haber muerto y dejado en su lugar a un patán
prepotente y encima mentiroso.
—
¿Qué?- Subió el tono de voz— ¿Y a que se debe eso? —Pregunto serenándose, una
de sus virtudes era saber controlar sus emociones al instante.
—Eres
una niña infantil, sueñas con tener una boda como en los cuentos de hada. Sueñas
que tú y yo estaremos juntos toda la vida. Y yo estoy harto de ello, tus bromitas, tus comentarios bobos, tu
sarcasmo, tu… Toda tú, eres así. No maduras, y yo no necesito una adolescente de
novia, algún día seré un importante abogado y tu a mi lado no me beneficiarás.
—
¿Inmadura?, ¿infantil?, ¿boba? Hasta donde yo recuerdo, yo no soy la que gasta
bromas sin sentido a los novatos en la universidad y va a quejarse con el tutor
de los chicos por haber regresado la broma, yo no duermo con peluchitos y de
día me siento ruda burlándome de los demás. Me confundes. Pero de acuerdo, es
lo que quieres, solo dilo. Te dejaré que lo digas tú, no quiero arruinarte el
teatrito.
—¿A
qué? No me he puesto a llorar, no te he hecho una escenita como la que tu viniste
a armar pero si la quieres la voy hacer— Lo miró retadoramente
—Tantos
años, el que dijo la boda como cuento de hadas fuiste tú—apuntó con el dedo— ¿Quién
fue el que dijo: “hasta que la muerte nos separe, es más ni ella nos separará”,
tú. Todo lo que me vienes a echar en cara fue dicho y hecho por ti. —Respiro
hondamente—Hace un año quise terminar contigo por tu infidelidad y que hiciste
me rogaste, te arrodillaste, lloraste—Empezaba a enojarse —Me sentí mal y te
perdone, mi madre intercedió por ti. Mis padres acaban de morir y tú vienes con
esto, ni siquiera te importó todo lo que he hecho. Nunca te fijas en lo que los
demás hacen por ti—Se le hizo un nudo en la garganta.
—No
empieces, por favor— Suplico él—Ya tomé mi decisión y es lo mejor para
e…nosotros—Dijo confundiendo palabras
Su
aún novia se percató de ello pero no dijo nada explicito, solo preguntó.
—
¿Conociste a alguien más? —No obtuvo respuesta
—Sabes
me voy, mis padres me esperan. Terminamos Janeth, no me busques ni insistas, no
volveré junto a ti y no te pongas a llorar aquí.
—No
lo haré, alguien como tú no merece mis lágrimas. Suerte señor maduro—Dijo muriéndose
por dentro. Se fue sin responder su pregunta y eso le dolía, quizás si había
alguien más.
—Janeth,
¿te has enterado? — Pregunto una rubia
—Disculpa,
¿dijiste algo?, parece que me quede dormida leyendo nefrología.—Bostezó
—Solo
pregunte si estás enterada. James se va
de la universidad, todos hablan de ello, es un chico muy popular—Dijo en
susurro, en la biblioteca no podían hablar.
—No
lo sabía y realmente no me interesa—Mintió a medias, no lo sabía pero si le
interesaba saber la razón del porque desertar.
—Muchos
dicen que es porque se va a casar con su novia—Dijo con intriga —Pero
sinceramente no lo sé, nadie lo sabe
—Creo
que no es algo que nos incumba, desde que esta con Jessica cambio todo, hasta
sus amigos, se volvió muy diferente, es extraño como cambian algunas personas,
¿no crees Leila?
—Totalmente,
¿cómo vas? — Dijo señalando el libro que leía
—Am,
estaba leyendo patologías pero me dio sueño, anoche me quede estudiando hasta
tarde medicina legal.
—Le
pones mucho empeño, creo que te gusta demasiado.
Era
hora de salir de sus clases, iba feliz, había tenido un buen aprovechamiento en
estos meses, buenas calificaciones, sus abuelos estarían feliz y sus padres si
estuvieran aquí, también. Avanzaba rápido no quería que la dejara el autobús,
camina tranquila, escuchando música que no se percató que alguien la llamaba,
se dio cuenta hasta que le tocó el hombro y le quitó un audífono.
—Janeth,
te estoy hablando—dijo una voz muy familiar
—Por
Dios James, me asustaste, disculpa iba absorta en mis pensamientos, no escuché—guardo
su MP3—¿Pasa algo?
-Seguro
estás enterada, me voy Janeth
—Ah,
es imposible no enterarse todos hablan de ello, en la biblioteca, antes de las
clases, los profesores, en la cafetería, en los laboratorios, en todos lados se
habla. ¿Y a qué se debe esta drástica decisión?-Preguntó con curiosidad
—Tengo
una responsabilidad que tomar y no hay otra opción—Dijo—Solo te alcancé para
despedir, no sé si nos volvamos a ver. Hasta luego Janeth, pensé que tendría
tiempo para retomar nuestra amistad pero creo que no se podrá. —Dijo
tristemente
—Seguro,
te deseo lo mejor
—Si
yo igual, te falta poco por terminar y eres de las mejores. ¿Cómo sobrevivirás?
–Dijo repentinamente que la pregunta resulto extraña para Janeth
—No
sé qué quieres decir.
—Estás
sola con tus abuelos, no tienes amigos, tus padres murieron. Yo no sé qué
hacer, mejor olvídalo. Suerte—Le dio un beso en la mejilla y partió.
Eso
ultimo la dejo pensativa, ¿Cómo sobrevivir?, que no era lo que hacía. Suspiro y
recordó a sus padres, era feliz con sus abuelos pero no iba a negar que sus
padres le hacían falta y ahora que James se había ido quien sabe a dónde.
Esta
sola, llena de miles de recuerdos… De cadáveres de recuerdos, se encontraba
entre cadáveres de recuerdos.
***
Bueno lectores es todo, ¿qué les pareció?. Esta bien, esta mal, más o menos, bueno dejen sus comentarios que me ayudan a crecer y mejorar.
Buenas lunas a todos que pasen una bella noche
Buen martes
~Cerezo Oscuro
